Sigue a continuación una nota publicada el día de hoy en Cronista.com, destacando la participación del Banco de Desarrollo de América Latina (También conocido como CAF, por Corporación Andina de Fomento) en el financiamiento de proyectos del Plan Espacial Nacional. Es de particular interés resaltar que quien escribe la nota de opinión es Director Representante de la CAF.
EL APORTE DE CAF AL SECTOR ESPACIAL ARGENTINO
Por Rubén Ramírez Lezcano
Director Representante CAF Banco de Desarrollo de América Latina
Director Representante CAF Banco de Desarrollo de América Latina
Es importante reflexionar sobre el valor estratégico de la inversión de la República Argentina para desarrollar y consolidar su industria satelital, considerando que el robustecimiento de la infraestructura en ciencia, tecnología y particularmente en telecomunicación es crucial para los países de la región latinoamericana, que tienen grandes segmentos de su población habitando al margen de la conectividad, lo que implica enormes desafíos para la inclusión a la sociedad de la información y el conocimiento.
En este contexto, es destacable la decisión del Gobierno argentino de desarrollar una estrategia basada en el Plan Espacial Nacional, que prevé favorecer las condiciones actuales de diseño, construcción, y puesta en órbita de satélites desarrollados bajo el concepto de arquitectura segmentada. Son satélites de observación terrena, que actúan como una constelación o un cluster generando múltiples beneficios en términos de costos, tiempo, riesgo, adaptación y logística.
Al mismo tiempo y bajo esa estrategia nacional, Arsat S.A. (Empresa Argentina de Soluciones Satelitales, Sociedad Anónima) se encarga del diseño, desarrollo, y explotación de tres satélites geoestacionarios (Arsat I, II y III) que cubrirán las dos posiciones orbitales asignadas a Argentina para la provisión de servicios satelitales y otros conexos en el marco del SSGAT (Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones).
También, en el contexto de la estrategia satelital, se han concluido recientemente la implementación de la Estación Terrena de Control situada en la localidad de Benavides, provincia de Buenos Aires, y la construcción de una facilidad para el ensayo y prueba de los satélites geoestacionarios en las instalaciones del prestigioso INVAP, un centro de desarrollos tecnológicos que, desde su impresionante sede en Bariloche, honra a la Argentina en todo el mundo.
Es en este contexto que a CAF, banco de Desarrollo de América Latina, le cupo evaluar, aprobar y otorgar el financiamiento por un monto total de ciento cincuenta y seis (u$s 156) millones de dólares para los mencionados proyectos, que son de magnitudes importantes, de alto nivel de desarrollo científico, tecnológico y de capacidades.
Asimismo, CAF ha aprobado y suscribirá el contrato de financiamiento, por un monto de setenta (u$s 70) millones de dólares, para el Proyecto SABIAMAR, cuya misión consiste en el diseño, construcción, lanzamiento y puesta en órbita de dos satélites con el fin de apoyar a los sectores de salud, pesca, turismo, y la producción nacional mediante la obtención de información y productos a ser utilizados en los estudios de los ecosistemas oceánicos, ciclos de carbono, hábitats marinos, cartografía, riesgos costeros y coberturas de terrenos costeros, entre otros.
En estos procesos, evaluamos en CAF algunas cuestiones como: ¿cuáles son los beneficios de tener satélites propios? ¿cuáles son los resultados esperados?; y encontramos respuestas interesantes:
- Beneficios Económicos: desarrollo de una industria tecnológica de punta, generando empleo de calidad y dignidad; Prestación de servicios satelitales a la región, con mejor cobertura, mayor adaptación a las necesidades locales, menor fuga de divisas y pago de royalties así como mejora en el comercio de servicios de la información.
- Beneficios sociales: Reducir el impacto de desastres naturales; monitoreo de inundaciones, incendios; herramientas de información para la planificación urbana; planificación agrícola y pecuaria.
- Beneficios en salud: Telemedicina; prevención de epidemias; protección, preservación y mejora del medio ambiente.
- Beneficios en educación: Tele-educación; inclusión a la sociedad de la información y del conocimiento; vocaciones y formación de profesionales especializados y de oficios de más elevada capacidad técnica y remuneración; repatriación del talento humano de formación científica y especializada; desarrollo de tecnologías aplicables a otros campos.
- Beneficios en la Industria: Generación de una industria espacial sostenible y terrestre; nuevos servicios satelitales, con nuevos derivados de la industria específica; fabricación de materiales más ligeros y resistentes.
- Beneficios en la gestión para la financiación: desarrollo de protocolos, análisis, factibilidad y otorgamiento efectivo de préstamos para estos programas de punta.
En fin, Argentina está fortaleciendo la investigación y el desarrollo, creando tecnología de punta para alcanzar una plena independencia en el ámbito satelital, que no implica dejar de lado la cooperación que tantos beneficios le ha traído a la tecnología espacial.
Por ahora, es el único país de la región que ha alcanzado la capacidad de diseñar, fabricar y operar satélites de telecomunicaciones. Es decir, que ya ha logrado las dos primeras cuestiones del ciclo satelital. Aún están en proceso de desarrollo las otras dos: el vehículo lanzador y el centro de lanzamiento. El programa espacial argentino es hoy mucho más que una promesa.
Fuente: Cronista.com
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