Sigue a continuación una nota publicada en la edición número 11 de la revista Ingeniar de diciembre de 2014, destacando la participación de profesionales egresados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en el desarrollo y lanzamiento del ARSAT-1.
EGRESADOS DE LA UNLP EN EL DESARROLLO Y LANZAMIENTO DEL ARSAT-1
Ana Caumo, Marcelo Basigalup y José Luis Leofanti hablaron con Ingeniar de cómo fue la experiencia de haber trabajado en el primer satélite geoestacionario de elecomunicaciones fabricado en el país.
Los ingenieros Marcelo Basigalup y Ana Caumo, de la empresa nacional INVAP, y José Luis Leofanti, de la compañía francesa Arianespace, son egresados de la Facultad de Ingeniería de la UNLP y participaron de un hito histórico para la Argentina, como fue la puesta en órbita del satélite Arsat- 1.
En diálogo con Ingeniar, los profesionales hablaron de cómo fue la experiencia de haber trabajado en el desarrollo y lanzamiento del primer satélite de comunicaciones geoestacionario, diseñado y fabricado en el país, y qué les aportó en sus vidas el paso por las aulas de esta unidad académica.
José Luis Leofanti. “El ex que nunca se fue”
Oriundo de Mar del Plata José Luis Leofanti estudió en esta Facultad y se recibió de ingeniero aeronáutico en 1996. Dos años más tarde, se especializó en Ingeniería Aeronáutica en Roma, Italia. El profesional trabaja en la empresa Arianespace que puso en órbita al Arsat-1. Se ocupó de asegurar la calificación del satélite para la emisión: “El punto de vista de aceptabilidad del satélite lo doy yo. Me aseguro de que va a sobrevivir al lanzamiento. Tengo en cuenta variables como calor, vibraciones y ondas electromagnéticas, entre otras”, detalló.
La segunda parte del trabajo fue durante la campaña de lanzamiento. Allí, el ingeniero marplatense se ocupó de la parte superior del cohete: “si hay cualquier tipo de desviación en la parte alta me consultan, para ver si se puede reparar o cambiar un componente. A esto se le llama ‘Autoridad Técnica Parte Alta’”.
Ingeniería dejó una huella en sus egresados, aprendizajes que van más allá de lo académico y que son aplicados en cada trabajo: “La Facultad me dio una formación amplia y una flexibilidad orientada a la resolución de problemas y a trabajar multidisciplinariamente”, destacó Leofanti.
Durante el lanzamiento del Arsat-1, el ingeniero estuvo en la sala de control. Se ocupó de seguir la temperatura del satélite y todos los parámetros de ventilación: “Estaba concentrado en mi trabajo, con mucha tensión hasta el momento del despegue”, reconoció.
Si bien su participación en el Arsat-1 fue a través de una empresa francesa, Leofanti también trabajó en INVAP y él mismo se autodenomina “El ex que nunca se fue”, mensaje que escribió en la punta del cohete.
“Una vez que terminé mi trabajo me di cuenta que era un satélite argentino y sentí orgullo por mis ex compañeros del INVAP, porque estuve allí dos años. Y en lo personal sentí alegría de que gente que me conoce me viera y también apreciara parte de lo que hago”, expresó.
Respecto a la importancia del satélite para la Argentina y la región, Leofanti aseguró que dará al país una independencia en el área de telecomunicaciones y satélites geoestacionarios. También en ingeniería de sistemas y la experiencia de poder ensamblar componentes de distinta procedencia -por ejemplo con partes que vienen de otros países -. “Además, a nivel operacional, el satélite va a poder usarse en la región para actividades sin fines de lucro que tengan que ver con educación y formación a distancia, entre otros”, acotó.
Marcelo Basigalup. “El trabajo espacial genera mucha adrenalina”
Marcelo Basigalup es ingeniero en Telecomunicaciones egresado de la Facultad y hace 27 años que trabaja en INVAP. Actualmente, está en el área de gobierno como Gerente en el sector donde están insertos los proyectos de radares. Según explicó a Ingeniar, el área de gerenciamiento se encargó de conseguir los recursos necesarios para los equipos y hacer un seguimiento de los trabajos durante su ejecución.
El pasaje por las aulas de la Facultad de calle 1 y 47 también marcaron a este ingeniero, quien declaró: “En general, lo que termina prevaleciendo en uno es el perfil ingenieril y no tanto la especialidad. Uno estructura los razonamientos ante los problemas a partir de una lógica de ingeniería”.
De su experiencia laboral en INVAP, Basigalup resaltó que “una de las características de la empresa es la dedicación, el compromiso y el amor por lo que se hace”. Por ello, en relación al momento del lanzamiento del Arsat-1, el ingeniero expresó: “El trabajo espacial genera una adrenalina muy grande y una emoción increíble, ganas de abrazarse con todos los compañeros”.
El profesional participó del Tercer Congreso Argentino de Ingeniería Aeronáutica (CAIA 3) en la Facultad, donde disertó acerca de INVAP. “Desde la empresa queremos aprovechar este nivel de exposición que hay por el reciente lanzamiento del satélite para rescatar la importancia de los proyectos a largo plazo en un país. El Arsat-1 es consecuencia de una decisión de Estado, de apostar al desarrollo de la tecnología nacional teniendo en cuenta que, la soberanía en temas tan críticos como estos, pasan por el desarrollo del conocimiento”, concluyó.
Ana Caumo. “Un trabajo de calidad hace a un pueblo inteligente”
Ana Caumo vino desde Santa Rosa, La Pampa, a estudiar Ingeniería a la UNLP. Le gustaba mucho la matemática y luego descubrió la física. “Eso determinó mi acercamiento a la ingeniería”, comentó a esta revista.
La profesional se recibió de ingeniera en Electrónica y se especializó en al área aeroespacial. En cuanto al aporte que le dejó su recorrido
La profesional se recibió de ingeniera en Electrónica y se especializó en al área aeroespacial. En cuanto al aporte que le dejó su recorrido
por la Facultad expresó: “Debí alejarme un tiempo para asimilar todas las materias cursadas, los excelentes docentes y la cantidad de colegas que conocí. La ingeniería resume el proceso práctico que mueve la teoría a la realidad. La Facultad me dio las bases del entendimiento de estos procesos, que es lo que aplico todos los días”.
Caumo participó como responsable de la ingeniería en sistemas del Arsat-1. Su tarea estuvo focalizada en análisis de requerimientos, diseño, especificación y compras de partes del satélite. En particular, en los últimos años se encargó del diseño, desarrollo y ejecución de pruebas funcionales y de performance, que incluyeron ensayos ambientales.
El proyecto del Arsat-1 llevó más de 7 arduos años de trabajo en el INVAP. Según la ingeniera, esto incluyó sábados, domingos y feriados sin poder detenerse ni siquiera por las noches. En algunos casos, como en el ensayo ambiental TVAC, primer ensayo que se llevó a cabo Centro de Ensayos de Alta Tecnología SA (CEATSA), fueron 34 días y noches continuos.
La profesional expresó que “la campaña de lanzamiento alcanza casi dos meses de trabajo continuo y cubre todas las áreas. Los que estábamos allá (Guayana Francesa) debíamos sostenernos entre nosotros y en todo momento”.
En referencia a cómo vivió el momento del despegue del satélite, Caumo describió: “Desde que comenzó la cuenta regresiva en francés, hasta el momento de ver en mi computadora la telemetría que enviaba el Arsat-1, sólo sentí una terrible emoción desbordada de alegría que me hizo imposible contener las lágrimas”.
Para la ingeniera, este proyecto significa “hablar de soberanía satelital, de desarrollo tecnológico -que es la puesta en práctica de la excelente educación que se recibe en el país- y es el entendimiento por parte de la sociedad de que un trabajo de calidad hace a un pueblo inteligente”.
Fuente: Revista Ingeniar
Caumo participó como responsable de la ingeniería en sistemas del Arsat-1. Su tarea estuvo focalizada en análisis de requerimientos, diseño, especificación y compras de partes del satélite. En particular, en los últimos años se encargó del diseño, desarrollo y ejecución de pruebas funcionales y de performance, que incluyeron ensayos ambientales.
El proyecto del Arsat-1 llevó más de 7 arduos años de trabajo en el INVAP. Según la ingeniera, esto incluyó sábados, domingos y feriados sin poder detenerse ni siquiera por las noches. En algunos casos, como en el ensayo ambiental TVAC, primer ensayo que se llevó a cabo Centro de Ensayos de Alta Tecnología SA (CEATSA), fueron 34 días y noches continuos.
La profesional expresó que “la campaña de lanzamiento alcanza casi dos meses de trabajo continuo y cubre todas las áreas. Los que estábamos allá (Guayana Francesa) debíamos sostenernos entre nosotros y en todo momento”.
En referencia a cómo vivió el momento del despegue del satélite, Caumo describió: “Desde que comenzó la cuenta regresiva en francés, hasta el momento de ver en mi computadora la telemetría que enviaba el Arsat-1, sólo sentí una terrible emoción desbordada de alegría que me hizo imposible contener las lágrimas”.
Para la ingeniera, este proyecto significa “hablar de soberanía satelital, de desarrollo tecnológico -que es la puesta en práctica de la excelente educación que se recibe en el país- y es el entendimiento por parte de la sociedad de que un trabajo de calidad hace a un pueblo inteligente”.
Fuente: Revista Ingeniar
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