Sigue a continuación una entrevista realizada a Pablo de León, publicada el día 22 de agosto en el diario Clarín, en la cual el ingeniero aeroespacial argentino cuenta como es el proyecto para construir las viviendas para los primeros humanos que lleguen al planeta rojo en 2030.
EL ARGENTINO QUE DESARROLLARÁ LAS BASES PARA LOS ASTRONAUTAS EN MARTE
La fecha ya está fijada por la NASA. En algún momento del año 2030 partirá la primera misión tripulada al mítico planeta Rojo. Después de unos meses de viaje, los astronautas llegarán a Marte y, claro, en algún lugar tendrán que vivir.
Pablo De León -de gorra- junto a un colaborador de su equipo. |
Ese hábitat está siendo desarrollado por el ingeniero aeroespacial argentino Pablo De León que, junto a su equipo de investigación de la Universidad de Dakota del Norte, acaba de ganar un subsidio de 750.000 dólares para desarrollar el hábitat, los hogares y laboratorios donde pasarán sus días los primeros habitantes terrestres del planeta rojo.
De León habló con Clarín y contó detalles del prototipo que comenzarán a montar en la misma universidad dentro de apenas 9 días, a medida que empiecen a llegar los fondos, que luego se complementarán con otros 250.000 dólares más. Lo más notable del proyecto, que se llama "Estación multipropósito para misiones tripuladas a Marte", es que este primer hábitat "se montará solo".
Proyecto de hábitat en Marte. |
Lo explica De León: "La idea es que cuando lleguen los primeros tripulantes no tengan que armar todo desde cero, sino que haya ya una estructura armada. Por eso, nuestro esquema consiste en hábitats inflables que se terminan de armar con robots. Cuando lleguen los astronautas solo tendrán que terminar los últimos detalles", le cuenta a Clarín por teléfono desde el laboratorio del Departamento de Estudios del Espacio de la Universidad de Dakota del Norte.
Los hábitats no tendrán demasiados secretos. Consistirán en estaciones para cuatro astronautas con espacio para dormir, un módulo para la cocina y el lugar para el trabajo científico, donde habrá un invernadero que permitirá la producción de plantas comestibles, una estación de comunicaciones, gimnasio, laboratorio para reparación de equipos, laboratorio geológico planetario, y un vehículo motorizado, que les permitirá a los habitantes moverse un poco más allá de su lugar de residencia. El equipo de De León también desarrolla los trajes espaciales que usarán los astronautas.
Pablo De León, supervisando los desarrollos. |
Marte es el planeta del sistema solar más parecido a la Tierra, pero tiene muchas diferencias con respecto a la Tierra, que el equipo dirigido por Pablo de León tendrá que tener bien en cuenta.
"En principio, el planeta es más chico, con lo cual tiene 30% menos de gravedad. La atmósfera se ha ido perdiendo con el tiempo, y ahora es muy tenue. Esto hace que haya mucho dióxido de carbono que no es soportable para la vida humana. La poca atmósfera también hace que haya más radiación, tanto cósmica como solar. Y la temperatura puede descender hasta menos de 100 grados bajo cero. Por lo tanto, tenemos que pensar en hábitats que protejan de todo esto", cuenta De León.
El laboratorio del Departamento de Estudios del Espacio de la Universidad de Dakota del Norte trabaja exclusivamente para la NASA, pero para este proyecto tuvo que competir contra otras 21 instituciones científicas de los EE.UU. De León se formó como ingeniero en los Estados Unidos y está vinculado a estos proyectos desde hace años: creó trajes espaciales para la NASA y también el primer prototipo de hábitat que ahora será complementado con el nuevo proyecto que surgirá a partir del subsidio que acaba de obtener.
El equipo de Pablo de León. |
"La NASA ya tiene fijado el año 2030 como objetivo para llegar a Marte, pero trabaja los proyectos con mucha antelación. Estamos completando el primer prototipo de hábitat, pero seguro irá cambiando su diseño en los próximos años, a medida que surjan nuevas tecnologías", dice De León.
Imagen conceptual del SLS, para el viaje tripulado a Marte. |
Si bien De León trabaja allí desde hace más de 20 años, mantiene mucho contacto con la Argentina. Es un activo participante de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial y está muy interesado por los proyectos espaciales en nuestro país.
"La Argentina ha tenido una historia muy rica en investigación espaciales pero se ha venido abajo por falta de políticas de estado. No se sostienen los proyectos, por un sistema muy vertical de toma de decisiones que están basadas en objetivos políticos y de corto plazo. Así no se puede crecer y la gente se va yendo", dice. Y agrega: "Hay mucha presión, por ejemplo para terminar el cohete Tronador antes de fin de año. Son proyectos muy complejos y muy riesgosos y no pueden ser apurados para las elecciones que vienen."
Fuente: Clarín
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