Reseña Espacial Argentina

domingo, 31 de mayo de 2020

Miguel San Martín participó de un seminario organizado por la Fundación Instituto Leloir

Sigue a continuación una nota publicada el 27 de mayo en el portal Agencia CyTA, destacando la participación del ingeniero argentino Miguel San Martín de la NASA, en un seminario organizado por la Fundación Instituto Leloir durante el cual el ingeniero destacó los desafíos que enfrentará la misión espacial Europa Clipper.

"ATERRIZAR EN EUROPA TIENE RIESGOS, PERO ALGUNA VEZ HAY QUE TIRARSE A LA PILETA"

El ingeniero argentino Miguel San Martín trabaja para la NASA en un proyecto que busca posar una nave en una remota luna helada de Júpiter que podría tener condiciones propicias para la vida.

Representación artística de la misión Europa Clipper.

Agencia CyTA-Fundación Leloir. Por Matías Loewy-. Además de un continente en la Tierra, Europa es una luna de Júpiter (poco más chica que la nuestra) que alberga un cuerpo de agua salado y líquido debajo de una capa de hielo tan dura como el concreto. La NASA cree que podría ser uno de los pocos lugares del sistema solar que reúnen condiciones propicias para la vida, al punto que el año pasado aprobó una misión, Clipper, que será enviada entre 2023 y 2025 para sobrevolar ese “mundo oceánico” y ayudar a descifrar sus misterios.

Pero el ingeniero electrónico argentino Miguel San Martín, magíster en ingeniería aeronáutica y astronáutica que trabaja en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA desde 1985 y que lideró el equipo de Guiado, Navegación, y Control responsable del amartizaje del robot Curiosity, está convencido de que no se necesita de Clipper para intentar directamente una empresa más audaz: aterrizar en la superficie de esa luna.

“La primera vez que hagas esa misión vas a tener cierto riesgo que no se puede disminuir, pero algún día hay que tirarse a la pileta”, aseguró días atrás durante un seminario Cardini vía Zoom en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

A continuación, un extracto de las preguntas que respondió a los investigadores y becarios de la FIL después de su exposición:

¿Cuánto duraría el viaje?

El tiempo de viaje depende mucho de la trayectoria y del cohete. La NASA está desarrollando un cohete gigante, Space Launch System (SLS), que nos gustaría usar y podría hacer que el viaje dure 4 años. Pero con otro cohete podrían ser hasta 8 años. 

Respecto de las probabilidades de aterrizaje, ¿podría haber fisuras en la superficie en las que se meta el vehículo?

Si la fisura es visible, el sensor láser del vehículo lo debería detectar. El problema sería si hay una fisura debajo de nieve blanda, pero los científicos piensan que el suelo va a ser muy duro. Por otra parte, Clipper tampoco nos va a dar información sobre eso. Siempre habrá un riesgo.

¿Hay otros riesgos ambientales que puedan afectar la misión?

Europa no tiene atmósfera, por lo cual, en ese sentido, aterrizar ahí es más fácil que hacerlo en Marte. Sí tenemos una gran radiación, que nos preocupa, pero creemos que sabemos caracterizar bien el medio ambiente radiactivo para replicarlo en tierra y probar que los instrumentos funcionen en ese entorno. Otra dificultad podrían ser las características del terreno para la toma de muestras y su análisis… quizás eso tenga más riesgo que el aterrizaje en sí.

¿Hay planes para atravesar la capa de hielo hasta las partes con agua?

Sí, estamos trabajando en eso, aunque no para la primera misión. La idea sería llevar una sonda con un penetrador de plutonio, un material radiactivo que cuando  decae genera calor para derretir el hielo. También debería tener un sistema de circulación de agua para ir limpiando el agujero a medida que se lo va perforando. Y luego debería mandar la información a la Tierra a través de un umbilical que lo conecte a una antena en la superficie: sin telecomunicaciones, no serviría de nada.

¿Cuál sería la fuente de energía de Europa, considerando que está tan lejos del sol?

La fuente principal de energía es la interacción gravitatoria entre Europa y las demás lunas y Júpiter. Es como las mareas acá en la Tierra: toda la luna se flexiona y la fricción de ese material, estrechándose y contrayéndose, es lo que genera el calor.

¿Qué recaudos se toman para evitar posibles contaminaciones de Europa con vida terrestre, aun cuando sea poco probable que haya microorganismos que sobrevivan después un viaje de cinco u ocho años?

Hay reglas internacionales de protección planetaria que se deben cumplir y que imponen grandes límites en el número de esporas viables que pueden llevarse a la superficie de Europa. Lamentablemente, las naves nuestras no se pueden esterilizar totalmente por calor antes de su lanzamiento, porque los semiconductores y otros elementos de la nave no lo pueden soportar sin deteriorarse. Por eso estamos desarrollando un sistema con un laboratorio en Estados Unidos para que, cuando termine la vida del vehículo, o si está a punto de estrellarse, se genere una reacción química de alta temperatura para auto-esterilizarse, resultando obviamente en la auto-destrucción de la nave. 

¿Cuánto tiempo permanecería operable el vehículo luego de aterrizar?

Ese es otro problema para “vender la misión”, porque la radiación es tan alta en la superficie de Europa que los instrumentos electrónicos empiezan a morir desde horas antes de llegar. Así que hay tres semanas para hacer todo: tomar las muestras, analizarlas y mandar información a la Tierra. Todos los procedimientos van a estar completamente automatizados para poder lograr los objetivos científicos de la misión en un tiempo tan corto.

¿Cuál va a ser la fuente de energía de los instrumentos?

La idea es llevar baterías, porque los paneles solares deberían ser enormes para que funcionen ahí tan lejos del Sol.

¿Cuál sería el objetivo central del muestreo? ¿Hallar vida?

El objetivo científico es encontrar evidencia de que hay vida o de que existen las condiciones de vida. Lo cual no es fácil, porque ni siquiera existe una definición aceptada de vida por toda la comunidad científica. Y la misión de Viking en Marte (1976) demostró que buscar vida directa es muy difícil. Así que se van a buscar compuestos orgánicos, minerales, y otros indicios químicos, que aquí en la Tierra están relacionados con la presencia de vida.

¿No sería un problema la radiación que emite Júpiter para encontrar rastros de vida en Europa?

Los científicos han analizado que hay que excavar 10 centímetros la capa de hielo, y que si debajo hubiera pruebas de vida, estarían intactas.

¿Se tiene en cuenta la posibilidad de aterrizar cerca de géiseres de vapor en la superficie, para analizar su composición y ver si hay rastros biológicos, sin necesidad de perforar?

La capacidad de reducir el área de aterrizaje, elegirlo con más precisión, siempre da ventajas. Aunque tengo entendido que las áreas donde se deposita ese material que sale de las grietas o ranuras es bastante grande. Así que una buena idea podría ser poner el vehículo lo más cerca posible de una de esas grietas, sin aumentar en exceso el riesgo de la misión.

Fuente: Agencia CyTA

No hay comentarios:

Publicar un comentario