Reseña Espacial Argentina

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El último Tauro, un hito en el desarrollo aeroespacial argentino

El 10 de diciembre de 1981 se realizó el último lanzamiento de un cohete de la serie Tauro con el objetivo de fotografiar la tierra desde una altura de 120 km. El cohete contaba con una carga útil que permitía controlar la orientación del mismo mediante un sistema de control que permitió estabilizar la cámara y obtener una nítida secuencia de fotografías. A 33 años de aquel logro recordamos el acontecimiento mediante la reproducción del documento "Un Hito En El Desarrollo Aeroespacial Argentino" del Ingeniero Walter J. D. Cova.

UN HITO EN EL DESARROLLO AEROESPACIAL ARGENTINO

Por Walter J. D. Cova, diciembre de 2011

El 10 de Diciembre de 1981 se llevó a cabo en CELPA Chamical (La Rioja) el lanzamiento de un cohete TAURO, noveno de su serie, que transportó una carga útil fotográfica, cuya orientación fue gobernada mediante un sistema de control que permitió estabilizar la cámara y obtener una nítida secuencia de fotografías de la tierra durante todo el arco superior de la trayectoria (entre los 80 y los 120 km de altura).


Tal como se acaba de describir, el hecho puede interpretarse como una experiencia científica más, por lo que se hace necesario ahondar un poco en los detalles a fin de poder valorar y calibrar con justicia su importancia.

El cohete de dos etapas TAURO, ambas impulsadas por combustible sólido, fue un desarrollo totalmente nacional, en el que se combinaron un lanzador CANOPUS con un acelerador de despegue y permitía llevar en vuelo balístico una carga útil de hasta 100 kg de peso a 120 km de altura.

La carga útil lanzada en esa oportunidad incluía una cámara fotográfica, que debía orientarse según la vertical del lugar para fotografiar el terreno, un sistema de control de actitud integrado por sensores y actuadores neumáticos (que debían orientar y estabilizar el cuerpo), dispositivos de telemetría para la medición y transmisión de las variables de interés y los elementos necesarios para la recuperación de la carga en su trayectoria descendente: paracaídas y dispositivos auxiliares que aseguraran su integridad física amortiguando el aterrizaje.

Al igual que el cohete portador TAURO, los sensores, los actuadores y la electrónica de control integrada en la carga útil, y asimismo los dispositivos de telemetría y de recuperación, fueron desarrollos totalmente nacionales, representando cabalmente las capacidades de análisis, diseño, producción e integración funcional que se había formado y desarrollado en el seno del entonces denominado Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales (IIAE) de Córdoba, pionero en el desarrollo aeroespacial nacional.

Preparativos para lanzamiento del Tauro-07.

El sistema de control de actitud o SCA se basaba en la siguiente idea: en la zona de Chamical el vector campo magnético terrestre forma un ángulo de unos 30 grados respecto de la horizontal, en consecuencia, utilizando un magnetómetro sería totalmente viable orientar el eje longitudinal de la carga útil paralelamente al campo magnético del lugar. Para que la cámara fotográfica quedara apuntando hacia abajo, se hacía necesario un sensor adicional (un sensor de horizonte terrestre) para orientar adecuadamente uno de los ejes transversales de la carga útil.

Las fuerzas necesarias para mover, orientar y mantener estable la carga útil de acuerdo a las señales de los sensores, se generaron mediante toberas de reacción que emitían chorritos de gas nitrógeno, según se abrieran o cerraran las válvulas de paso correspondientes, de acuerdo a los comandos emanados de la electrónica de control.

Pero para emitir chorritos de gas hacía falta un depósito de nitrógeno a alta presión (que ocupara un espacio pequeño) y un reductor de presión y cañerías de distribución y válvulas y toberas y que todo funcionara adecuadamente y que las válvulas no se “clavaran” por el enfriamiento del gas al expandirse y, y, y… Como puede verse, quienes trabajábamos en el tema teníamos mucho con qué entretenernos.

Cuando se lanzó el cohete junto con su carga útil el 10 de diciembre de 1981, el radar de seguimiento registró una trayectoria muy cercana a la prevista, los datos de telemetría fueron normales y la carga útil se recuperó intacta. Se debió esperar al revelado del rollo de fotos para poder comprobar que el sistema de control de posición había funcionado a la perfección: una vez superada la fase de orientación inicial, la cámara se mantuvo correctamente apuntada, como se pudo verificar por la secuencia de las 100 fotografías obtenidas.

Toma fotográfica desde la carga útil. Arriba a la izquierda, la segunda etapa
ya separada.

Imagen del horizonte terrestre contrastando contra el negro del espacio,
tomada desde el módulo de carga útil.

¿Qué rememoramos entonces? Pues nada más (ni nada menos) que el primer lanzamiento de una carga útil inteligente, totalmente argentina, a bordo de un portador nacional, con instrumentación nacional, con actuadores neumáticos nacionales, y con recuperación nacional. Debemos reconocer, nobleza obliga, que la cámara fotográfica era importada.

Carga útil recuperada.

Hoy, a 30 años de ese acontecimiento, quienes de una u otra manera estuvimos involucrados en ese logro de la ingeniería aeroespacial argentina, hacemos votos para que continúen y se afiancen las acciones de recuperación de capacidades emprendidas por el gobierno nacional y para que se logre establecer y anclar firmemente una política de estado para el sector, a la que se dé la necesaria continuidad temporal para asegurar su eficacia.

1 comentario:

  1. El desarrollo del Tauro no fue difundido como se merecia. Es un gran logro tecnologico. Mis Felicitaciones. Tambien me interesaria contactarme con sus realizadores ya que desde años estoy recopilando información tecnica sobre coheteria nacional. Gracias. Juan. juanpamas@gmail.com

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