sábado, 31 de marzo de 2018

Argentina y Brasil avanzan en la construcción del observatorio LLAMA en las alturas de la Puna salteña

Sigue a continuación una nota publicada 28 de marzo en el portal de ciencia NEX, destacando el avance en el montaje del radiotelescopio LLAMA, a 4820 metros sobre el nivel del mar en provincia de Salta. El mismo podrá operar  en conjunto con el observatorio ALMA (ubicado en Chile) convirtiéndose en el instrumento de mayor resolución espacial y definición del planeta. 

UNA LLAMA HACIA EL UNIVERSO

LLAMA es una iniciativa binacional por la cual se instalará un radiotelescopio de 12 metros de diámetro en la Puna salteña que permitirá realizar investigaciones cosmológicas profundas. 


Posteriormente, se conectará con el complejo astronómico ALMA en Chile, y se convertirá en el instrumento de mayor resolución espacial del mundo.

Puna salteña, a 4820 metros; viento, montaña, roca, silencio que parece eternidad, y un atalaya de brasileros y argentinos que buscará otear el Universo. Se trata de LLAMA, acrónimo de Large Latin American Millimeter Array, proyecto encendido en 2014, que será el instrumento de mayor resolución espacial sobre el planeta cuando esté operando a pleno en combinación con ALMA, otro complejo astronómico en Chile. “En este momento, ya están en Salta los distintos componente del radiotelescopio y se espera que a fin de año, esté armado. Aguardamos verlo funcionar para 2019 ó 2020 cuando veamos la primera luz”, dice Gloria Dubner, miembro del comité directivo de LLAMA, y directora del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE).

Fulguraciones solares, núcleos de galaxias activas, nubes moleculares donde están naciendo estrellas, radiación del polvo frío extragaláctico, planetas extrasolares, son algunos de los objetos de estudio que tendrá LLAMA, cuando comience sus observaciones en forma individual, o sea antes de interconectarse con ALMA (Atacama Large Millimeter Array), ubicado a la misma altura, del otro lado de los Andes. “LLAMA es un radiotelescopio de doce metros de diámetro para ondas milimétricas y submilimétricas. Son frecuencias de radio muy altas, y eso sirve para explorar moléculas en el espacio, donde hay muchas que tienen línea de emisión en esas bandas. Se puede investigar el nacimiento y muerte de estrellas. No sólo se podrán hacer investigaciones cosmológicas profundas, sino que permitirá estudiar el entorno del agujero negro del centro de nuestra galaxia. Se van a tener imágenes de altísima resolución”, remarca Dubner sobre el proyecto, dirigido por la astrónoma platense Cristina Cappa.

Algo más de ocho millones de dólares le costó a Brasil la antena, construida por la empresa alemana Vertex, que meses atrás, llegó en barco a Zárate desarmada en una veintena de bultos. Algunos de ellos de dimensiones que superaban el ancho de la ruta, lo cual dificultó el traslado vehicular en su camino al Norte y obligó a dar no pocos rodeos para sortear ciertos pasos. En total, unos 12 días insumió el periplo al largo convoy de camiones. Uno de ellos tuvo un percance “llegando a Susques. Ahora viene de Italia el ingeniero que diseñó la pieza afectada por el incidente para evaluarla”, relata Dubner, quien aclara la existencia de un seguro para cubrir los gastos. En el peor de los casos, si debe declararse la destrucción total de la parte averiada, “se fabricará de nuevo y estaremos perfectamente en tiempo, manteniendo el timing correcto”, agrega.

Salta al futuro

Ahora todas las partes del equipo están en Salta, mientras se está en proceso de licitación de los cimientos donde se posará LLAMA para espiar al cosmos, en la localidad de Alto Chorrillos. Hasta aquí ya se construyó un camino de 6 kilómetros de extensión con curvas anchas para llegar sin problemas, luego de unir el tramo a la ruta nacional 51 que va a San Antonio de los Cobres. Este es el poblado más cercano y donde se levantará el edificio principal con las oficinas, los laboratorios, dormitorios e instalaciones generales del complejo. “Durante el día se trabajará en Alto Chorrillos, pero allí nadie puede pernoctar por una cuestión de cuidado de salud. Por eso, el campamento base estará ubicado en la localidad más cercana, a 22 kilómetros de distancia, y a 3.800 metros de altura”, describe.

Justamente, una de las características que convierte a la Puna en una platea excepcional para observar el Cosmos es su aire, extremadamente seco, por su gran altitud. Esto evita el vapor de agua de la atmósfera que degrada la sensibilidad de los telescopios. Estas condiciones técnicas ventajosas que ofrece ubicarse más allá de los 4.000 metros, van contra el cuerpo humano, porque a esas alturas el oxígeno disminuye, y hay peligro de verse afectado por el Mal Agudo de Montaña. Hacer base en San Antonio de los Cobres intenta paliar estas condiciones geográficas adversas, si bien se sigue estando por las nubes.

Todas estas instalaciones, infraestructura vial y demás obras corren por cuenta de la Argentina, que también debe invertir 8 millones de dólares, según el convenio, firmado entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y la Fundación para la Ciencia del Estado de San Pablo (FAPESP), que encendió LLAMA. Una vez en marcha, el dispositivo será operado por el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR-CONICET-CIC) y la Universidad de San Pablo (USP), en nombre de cada país.

“A LLAMA lo vamos a usar, en principio, entre Brasil y Argentina como antena simple. De ese tipo de radiotelescopios, ya hay otros en el mundo y desde hace décadas. No hay nada novedoso, pero el cielo es muy grande y todavía hay muchísimo para explorar. Tenerlo dedicado sólo para astrónomos de Brasil y Argentina, ya es una maravilla, porque implica no tener que salir a pedir tiempo de observación en otros telescopios del mundo. Además, cuando opere en conjunto con las 64 antenas de ALMA, -y por eso se buscó ese sitio, que está a 120 km en línea recta del complejo astronómico ubicado del otro lado de Atacama, en Chile-, funcionará como un interferómetro de gran línea de base. Va a ser el instrumento de mayor resolución espacial y definición que nunca existió en la Tierra ni en el espacio”, concluye Dubner sin ocultar su entusiasmo porque sabe el legado que esto significará para la formación de los jóvenes profesionales de estas latitudes.

Fuente: NEX

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