jueves, 12 de noviembre de 2015

Crean el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) en la Universidad Nacional de La Plata

Sigue a continuación una nota publicada en última edición de Revista Ingeniar, destacando la creación del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata.

INGENIERÍA CREÓ EL CENTRO DE TECNOLOGÍA AEROESPACIAL (CTA)

Se trata de una Unidad de Investigación, Transferencia y Extensión de la UNLP que apuesta al desarrollo tecnológico para la independencia espacial, la producción industrial y la generación de empleo en pos del crecimiento económico del país.


Desde hace más de veinte años, el Departamento de Aeronáutica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP viene trabajando en temas espaciales. En un principio, a través del Grupo de Ensayos Mecánicos y Aplicados (GEMA), participó en el desarrollo de los satélites argentinos SAC B, SAC A y SAC D. Luego, con su incorporación al proyecto Tronador II, dirigido por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CoNAE) – para la construcción de un vehículo lanzador de satélites- se sumaron a la rama espacial el Grupo Fluidodinámica Computacional (GFC); y el Laboratorio de Capa Límite y Fluidodinámica Ambiental (LaCLyFA).

Hoy los tres grupos integran el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA), un instituto de vanguardia de la UNLP que apuesta al desarrollo tecnológico para la independencia espacial, la producción industrial, la formación de recursos humanos en esta temática y la generación de empleo en pos del crecimiento económico del país. 

Así, del equipo inicial del GEMA, que estaba constituido por un puñado de integrantes, actualmente son más de 100 -entre ingenieros, técnicos y alumnos avanzados trabajando en las instalaciones del Departamento de Aeronáutica.

En una charla con Ingeniar, Marcos Actis, decano de Ingeniería y director del CTA, explicó que uno de los objetivos del centro es ofrecer instrumentos espaciales “llave en mano”. Es decir, “que cumpla con todo el circuito: que haga no sólo los desarrollos mecánicos y estructurales, sino que pueda aportar los materiales, la electrónica y diferentes partes de satélites, brindar instrumentos que funcionen por sí solos”.

En esta línea, se pretende colaborar con grupos de investigación de las carreras Ingeniería Electrónica y Materiales, con los cuales el CTA viene realizando diversos desarrollos para los vehículos experimentales del Tronador II, como fue el caso del VEx1A y del VEx1B, lanzados en 2014.

En este sentido, el centro tiene como una de sus misiones la formación de recursos humanos en diversas áreas de las distintas carreras de ingeniería, a través de la generación permanente de conocimiento en temáticas vinculadas a la ingeniería aeroespacial.

Actis, que además es ingeniero aeronáutico y uno de los fundadores del GEMA junto al ingeniero Pablo Ringegni, señaló que la importancia de contar con una unidad como el CTA es que en el país existen pocos trabajos relacionados con vehículos aeroespaciales, sus componentes y con el desempeño de vehículos de lanzamiento.

El nuevo centro abarca diversos aspectos relacionados con el diseño y la construcción de vehículos espaciales, como determinar ambientes de vuelo (cargas aerodinámicas, térmicas, fluidodinámicas y de acoplamiento fluido-estructura), y el desarrollo de materiales compuestos y componentes de vehículos lanzadores.

Otro objetivo del CTA es generar proyectos espaciales propios. “Nos gustaría ofrecer nuestros servicios a Brasil y otros países, como cálculos y desarrollos de instrumentos”, detalló el decano.

Nano satélites 

El director del centro aeroespacial indicó que otra línea de trabajo es el desarrollo de un lanzador para satélites universitario a pequeña escala, como existen en otras universidades del mundo. Y también participar junto a otras instituciones universitarias en la construcción de nano satélites.


“Los nano satélites no son muy caros para construir. Lo que deberíamos conseguir con la CONAE u otra agencia del rubro es que nuestros satélites puedan ser colocados en un mismo lanzador”, expresó el ingeniero aeronáutico, pensando en un proyecto a largo plazo.

En los próximos años, las necesidades comerciales y hasta de defensa nacional harán que las tecnologías relacionadas con el acceso al espacio se multipliquen en muchos ámbitos: propulsión, guiado y control, comunicaciones, navegación, rastreo y retransmisión de datos, previsiones meteorológicas, vigilancia y alerta, entre otras.

Con la experiencia acumulada por los grupos que integran el CTA, el Departamento de Aeronáutica tiene las herramientas y el conocimiento necesarios para dar respuesta a los nuevos desafíos que se presenten en el campo aeroespacial.

Actis recordó que “como lo hicimos con Pablo en los comienzos del GEMA la participación de ambos en los ensayos y certificación de las cajas de instrumentos del SAC-B, permitieron al grupo transferir esos conocimientos a la industria automotriz, posicionando al GEMA como uno de los principales laboratorios de ensayos y certificación de autopartes”. 

En ese sentido, se pretende que el CTA pueda transferir su experiencia a otras industrias, como la ferroviaria, naval, metalmecánica, etc.

Creación de la carrera Ingeniería Aeroespacial en la UNLP

El crecimiento de la rama espacial dentro del Departamento de Aeronáutica en la Facultad de Ingeniería de la UNLP ha motivado a las autoridades del mismo a plantear la creación de la carrera Ingeniería Aeroespacial. La nueva especialidad de grado podría ponerse en marcha en 2016. “Normalmente, en otros países, la cuestión espacial es una especialización de otras carreras. Si bien la carrera de Aeronáutica ya tiene incumbencia espacial, y así ha sido demostrado por la participación de sus graduados desde los comienzos de la historia espacial de nuestro país –sin ir más lejos uno de los iniciadores de esta temática fue Teófilo Tabanera, un egresado de nuestra Facultad- nuestra idea es dictar una carrera Aeroespacial que tenga las incumbencias de la Aeronáutica”, explicó el decano de Ingeniería Marcos Actis.

Y añadió que se pretende profundizar en aquellas temáticas espaciales, las cuales cuenta la carrera de Aeronáutica. “Un ingeniero aeroespacial sería reconocer la parte espacial que tiene aeronáutica y que no lo da su nombre, pero si sus alcances. Además podría trabajar en otras ramas de la industria”.

Actis mencionó como ejemplo a la Universidad Politécnica de Madrid, donde se cambió el nombre de aeronáutico por el de aeroespacial, sin cambiar las asignaturas y contenidos. “Ese caso se inscribió en las reformas de carreras de toda Europa, donde las carreras de Ingeniería sufrieron un acortamiento, lo cual no creo que haya sido una buena decisión”, reflexionó. 

En todo el mundo, la tecnología aeroespacial ha demostrado ser generadora de numerosos avances científicos y tecnológicos, por lo que el impacto de la investigación y el desarrollo en esta área para el ambiente científico y la industria nacional es de gran relevancia.

En este sentido, el Departamento de Aeronáutica de la UNLP tiene docentes que han realizado sus estudios de postgrado en otras universidades del exterior en distintos campos del área estructural y el comportamiento mecánico de los materiales, en ambientes inducidos y en experimentación y desarrollo o implementación de técnicas numéricas.

Con la formación y experiencia de estos docentes, la Facultad tiene proyectada la creación de una maestría y una especialización en temas aeroespaciales específicos, como cursos de postgrado similares a los que se realizan en otros lugares del mundo.

GEMA: el núcleo del centro aeroespacial

Desde su origen, el GEMA ha desarrollado numerosas actividades con la CoNAE, colaborando en el desarrollo de satélites del Plan Espacial Argentino. Colaboró en el estudio de vibraciones y propiedades másicas de los satélites SAC-B y SAC-A, y en el diseño, modelización, cálculo, simulación y ensayos estructurales y térmicos de un radiómetro en banda Ka (MWR) y de una cámara infrarroja de nueva tecnología (NIRST), ambas pertenecientes al SAC-D. Además de ensayar y calificar todos los instrumentos que no fueron construidos por INVAP. También las mantas de recubrimiento del SAC-D.


Además ha participado en numerosos análisis estructurales, diseños estructurales y mecánicos y análisis térmicos para componentes de la familia de satélites de ARSAT, de acuerdo a especificaciones técnicas establecidas por INVAP.

Actualmente, se encuentra trabajando en análisis térmicos y estructurales para la antena SAR del satélite SAOCOM A, para la CoNAE, y en el análisis estructural, configuración, ensayos mecánicos, desarrollo y diseño del segmento terreno (estructuras de lanzamiento), diseños estructurales (arquitectura del vehículo), desarrollo de tecnologías de materiales compuestos y otras actividades relacionadas al proyecto Tronador II y sus vehículos experimentales pertenecientes al programa ISCUL de la CoNAE.

También ha realizado análisis estructurales, análisis de optimización y análisis térmicos para componentes del satélite ARSAT II. Y se realizaron similares tareas y distintos ensayos ambientales sobre las antenas SAR del satélite SAOCOM A.

Con esta trayectoria, el GEMA ha crecido en infraestructura y equipamiento. La superficie del laboratorio es de 1600 m² aproximadamente. Dispone de dos salas de ensayos de ambiente controlado en temperatura y humedad de aproximadamente 45 m², donde se guarda todo el instrumental calibrado y los patrones de referencia.

Cuenta con una oficina en la cual se centraliza la administración de la Unidad y los documentos de sus sistemas de calidad (ISO9001 e ISO17025), conjuntamente con el archivo de la documentación técnica. Posee dos salas limpias de 30 m² y de 25 m². Cuenta con oficinas climatizadas para albergar unas 60 personas y dos salas de conferencia/reuniones con proyector y equipo de videoconferencia. El resto de la superficie alberga los dispositivos de ensayo y equipamientos.

Además, posee un nuevo sector para ensayos dinámicos que es uno de los más avanzados que existe en el país. 

Fuente: Revista Ingeniar

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