Sigue a continuación un interesante trabajo titulado “Hacia una política espacial en la Argentina”, autoría de Licenciado en Ciencia Política Daniel Blinder, que fuera publicado en el número 29 de la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, del mes mayo de 2015. Recomendamos su lectura.
HACIA UNA POLÍTICA ESPACIAL EN LA ARGENTINA
El Realismo Periférico fue la teoría normativa de política exterior de la década del 90, cuya propuesta era un acercamiento a las grandes potencias con el objeto de maximizar los beneficios para la sociedad civil argentina y el desarrollo. Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, sucesivas presiones internacionales tuvieron lugar en pos de la desactivación del misil Cóndor II, que al hacerse efectiva la cancelación del misil, sumado a otras políticas, se logró la “confianza” por parte de las potencias hacia los argentinos. El presente artículo pretende analizar las presiones internacionales ejercidas por parte de los Estados Unidos hacia la Argentina en materia de política tecnológico-espacial.
Introducción: relaciones internacionales y poder
El presente trabajo analizará si la política exterior argentina de la década de 1990 ha sido exitosa en la generación de confianza con los Estados Unidos en materia de política espacial, especialmente la que se refiere al desarrollo de inyectores satelitales. La política de dicho período se ha denominado Realismo Periférico, y en materia espacial, la política más significativa durante la presidencia de Carlos Saúl Menem ha sido la muestra de gestos no proliferantes como la cancelación del proyecto Cóndor II, moviendo la política de tecnología espacial hacia el área de la Cancillería, y quitándosela a la Fuerza Aérea y al Ministerio de Defensa. Luego de cancelar el Cóndor, ¿no existieron más presiones internacionales hacia la Argentina por sus desarrollos tecnológicos? ¿El Realismo Periférico ha generado una confianza hacia la Argentina de que no desarrollará jamás tecnologías que pongan en riesgo la paz internacional?
La política espacial de la República Argentina está enmarcada institucionalmente en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) que luego de su creación se decidió desde presidencia colocarla a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores, y con el objeto de que esta política fuera un instrumento de política exterior, así como para alcanzar los objetivos espaciales argentinos. De esta manera, y como instrumento de las relaciones internacionales del país, se terminó con el proyecto del misil Cóndor II, buscando terminar con las fricciones diplomáticas con los Estados Unidos, y también de toda sospecha de que la Argentina era un país proliferador de tecnología misilística, y que en cambio era un país con objetivos sólidos institucionalmente, de desarrollo espacial, con voluntad de cooperación internacional.