Sigue a continuación una entrevista a Matías Bianchi publicada el 17/11 en el portal TSS, en la cual el ex directivo de ARSAT expresa su visión sobre el futuro de la industria local de satélites geoestacionarios de comunicaciones y la aplicación de la Ley 27.208 que establece el desarrollo del Plan Satelital Geoestacionario Argentino.
MATÍAS BIANCHI: "NO HAY INTENCIÓN DE DESARROLLAR LA INDUSTRIA SATELITAL"
Por Nadia Luna
Entrevista de la Agencia TSS a Matías Bianchi, expresidente de Arsat. A casi un año del cambio de autoridades en el operador satelital argentino, la suspención de Arsat-3 y la autorización a siete nuevos satélites, muestras claras que el desarrollo industrial es un tema político.
El expresidente de ARSAT habló con a TSS sobre el retroceso que implica la política de cielos abiertos para el desarrollo satelital argentino, acerca de la posibilidad de que la empresa se privatice y también hizo autocrítica sobre su gestión.
El ingeniero industrial Matías Bianchi fue designado como presidente de ARSAT en marzo de 2013. La empresa estatal se había creado por ley en el año 2006 para proteger las posiciones orbitales de la Argentina mediante la construcción de satélites de fabricación nacional. A lo largo de diez años, ARSAT (junto con INVAP, la empresa rionegrina a cargo de la construcción de los satélites) logró desarrollar una tecnología que solo domina una decena de países en el mundo y puso en órbita los dos primeros satélites geoestacionarios de telecomunicaciones fabricados en América Latina. Desplegó 36.000 kilómetros de infraestructura subterránea a través de la Red Federal de Fibra Óptica, de los cuales la anterior gestión dejó operativos 12.000 kilómetros. También, albergó al Centro Nacional de Datos, uno de los data centers más sofisticados de la región, y realizó el despliegue en el país de la Televisión Digital Abierta (TDA), un servicio gratuito de televisión de alta calidad.
Con la sanción de la Ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital, en noviembre de 2015, se explicitó el Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035 como política de Estado. En la norma se estipula la construcción de al menos ocho satélites a partir del autofinanciamiento: el siguiente satélite se construiría con los servicios vendidos por el anterior. Los ingresos también se utilizarían para realizar tareas de investigación con el objetivo de optimizar la plataforma y aumentar el porcentaje de componentes nacionales y regionales del satélite.
Al asumir como presidente de la Nación, Mauricio Macri puso al frente de ARSAT a Rodrigo de Loredo, yerno del ministro de Comunicaciones Oscar Aguad, cartera de la cual pasó a depender la empresa. Un mes antes de lanzamiento del ARSAT-1, Macri había dicho: “Hay mucho despilfarro. Nunca vi un gobierno que malgaste tanto los recursos. Hacen empresas tecnológicas que no hacen falta, se generan empresas satelitales que no funcionan”. En 2006, los diputados del Interbloque Propuesta Federal, que respondían a Macri, se habían opuesto a la creación de ARSAT. El argumento predominante era que implicaba una privatización encubierta y que el Estado la utilizaría para hacer negocios con empresas multinacionales.
En menos de un año, el Gobierno paralizó la construcción del ARSAT-3 y autorizó a empresas satelitales extranjeras que son competencia directa de ARSAT a operar en el país: la holandesa SES, la francesa Eutelsat y la estadounidense DirecTV. Además, según investigaciones publicadas en Página/12, la empresa firmó un contrato con la consultora McKinsey que podría servir para justificar la privatización de la compañía. También, denuncian que la empresa española Hispasat está brindando servicios de manera ilegal. Esto desató una polémica a raíz de que hay funcionarios del Ministerio de Comunicaciones con un evidente “conflicto de intereses”, como Hugo Miguel, subsecretario de Planeamiento de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (área encargada de la política satelital) que hasta el año pasado fue director de tecnología de Tesacom, empresa de soluciones satelitales asociada a Hispasat.
En diálogo con TSS, Matías Bianchi –quien, junto con el exvicepresidente de ARSAT, Guillermo Rus, acaban de publicar un libro prologado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre su gestión al mando de la empresa– habló de los retrocesos que implica la política que está llevando a cabo el Gobierno y sobre la posibilidad de que ARSAT se privatice. También hizo autocrítica sobre su gestión y afirmó: “Me han dicho que Macri no quiere hablar de ARSAT porque es algo que no puede criticar”.
A pesar de los logros de ARSAT y de una ley que establece a la industria satelital como política de Estado parece bastante sencillo para el actual Gobierno desandar ese camino e implementar una política de cielos abiertos. ¿Por qué?
Esto es algo que veíamos venir porque no es una cuestión de si hubo éxitos o no, sino una cuestión de política económica. Está claro que este Gobierno no apuesta a la industria nacional, sino que va hacia una dependencia tecnológica. Si la política es abrir los cielos y dejar que entren los grandes operadores satelitales, me parece que no tiene mucho sentido el desarrollo nacional. La ley y los proyectos estaban pensados en función de una continuidad. Nosotros dejamos una ley que tenía un plan de negocios y los contratos firmados para el ARSAT-3. Ni siquiera era necesario financiamiento del Estado porque en el plan a 20 años está contemplado que provenga de los servicios que la empresa comercializa. Pero está demostrado que no hay respeto institucional por las decisiones del Congreso. A la ley ni la mencionan. Lo bueno es que la ley y el plan están publicados y disponibles para difundir lo que queríamos hacer y lo que estamos perdiendo. Pero esto no es una sorpresa, es lo que decíamos que iba a pasar. La sorpresa es el corto plazo en el que se pudo llevar a cabo el retroceso.
El presidente Mauricio Macri había prometió duplicar el porcentaje del presupuesto destinado a ciencia y tecnología. Sin embargo, lo recortó. ¿Hay contradicciones similares en lo que respecta a la industria satelital?
Me parece que, en el caso de la industria satelital, no hubo contradicción porque Macri criticó a ARSAT antes de los lanzamientos. Dijo que se hacían empresas satelitales que no funcionaban y después demostramos que no era cierto: pusimos dos satélites en órbita. Cuando fuimos al Congreso a defender la ley vimos que había asesores de diputados macristas que eran representantes comerciales de grandes empresas satelitales. Así que la política es bastante coherente con el discurso. Sí hubo contradicción desde el punto de vista de continuidad de la ciencia. Teníamos firmado un convenio con el Ministerio de Ciencia (MINCYT) para realizar desarrollos que mejoraran los satélites y para aplicar los logros obtenidos en otras áreas del entramado industrial. Pero la política espacial del MINCYT se acotó a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y del ARSAT no hablan más. Además, se dijeron mentiras muy burdas. Antes de terminar la gestión entregamos 12.000 kilómetros de fibra óptica iluminados y ellos salieron a decir que solo eran 6.000 y se adjudicaron la otra mitad. Encima, no iluminaron más nada. También dijeron que no podían continuar el ARSAT-3 porque el ARSAT-2 no estaba comercializado. Eso es una falacia, porque la migración de los clientes al ARSAT-1 fue rápida dado que reemplazaba al satélite alquilado que estaba en esa posición orbital (72° Oeste). El ARSAT-2, en cambio, ocupó una posición orbital nueva (81° Oeste). Había que desarrollar el mercado teniendo en cuenta que éramos una empresa que solo tenía un satélite en órbita y competíamos con un puñado de grandes empresas que lanzan satélites desde hace décadas. De todos modos, dejamos tres contratos firmados que corresponden al 30 % de la capacidad del ARSAT-2. Todo pasa por una decisión de frenar el proyecto y tratar de justificarlo de alguna manera.
¿Tiene validez el argumento para autorizar el ingreso de satélites extranjeros? ¿La libre competencia será beneficiosa porque bajarán los costos?
En realidad el mercado satelital es relativamente chico, no impacta directamente en el usuario. Sí hay mucha gente que hoy está en el Gobierno, en el área de Comunicaciones, que tiene intereses en empresas satelitales extranjeras. Entonces, a ellos los afecta, pero la gran mayoría de los argentinos no va a sentir la diferencia. Creo que la libre competencia puede funcionar en Estados Unidos o en mercados grandes, pero no acá. En los años noventa fueron autorizados un montón de satélites y el precio no bajó. Además, son satélites que compiten directamente con ARSAT, no aportan beneficios adicionales. Otro punto a tener en cuenta es la política económica, porque la inversión del Estado no estaba destinada solo a desarrollar la industria satelital, sino a aprender a manejar tecnologías complejas que después se puedan aprovechar en otras áreas para darle un valor agregado a la industria nacional.
¿Qué autocríticas hace a un año de haber dejado la gestión?
Nos hubiese gustado lograr una mayor profundización en los proyectos, aunque quizás eso es más bien una cuestión de plazos. Querría haberlo hecho más rápido. En términos de difusión de lo que hacíamos, una limitación que tiene ARSAT en el plano del “marketing” es que está concebida como empresa mayorista. El modelo era que nosotros llegábamos, por ejemplo, a una cooperativa, que le entregaba al cliente un servicio de mejor calidad. Entonces, el usuario final no ve a ARSAT, la fibra está enterrada, el satélite no se ve y es complejo dar a conocer todo ese trabajo.
¿No fue un error haber construido 36.000 kilómetros de fibra óptica y comenzar a iluminar después, en vez de ir construyendo e iluminando por tramos?
Creo que se hizo un plan muy ambicioso y llevarlo a cabo costó más de lo que se pensó en un principio. Estoy de acuerdo en que construir e iluminar por tramos hubiese sido mejor desde el punto de vista operativo. Pero, para posicionarnos en el mercado, teníamos que brindar un buen servicio y cumplir exigencias muy altas de calidad. Entonces, nos llevó más tiempo. Tuvimos que tomar la decisión de demorar la iluminación de algún tramo porque hubo que corregir cuestiones que fuimos detectando a medida que lo íbamos haciendo. Además, el despliegue de más de 30.000 kilómetros de fibra óptica tuvo una complejidad operativa importante que nos llevó a casi duplicar el personal de ARSAT, contratar a gente en todo el país para realizar el mantenimiento, equiparlos con herramientas y vestimenta, y hacer un seguimiento. La contracara de todo ese esfuerzo es que los 36.000 kilómetros están tendidos.
¿Cuál es el estado actual de la TDA?
Pararon el despliegue y eliminaron la parte del desarrollo de la televisión satelital. Las estaciones que instalamos cubrían cerca del 85 % de la población, pero había sombras, lugares adonde no llega la transmisión y eso se iba a cubrir con el servicio de televisión satelital. Para recibir la TDA en zona de cobertura de antena, el Gobierno entregaba un decodificador y, para las zonas aisladas, el decodificador más la antena satelital para recibir la señal. Además, aquellos a los que no se les daba el beneficio tenían la posibilidad de comprar la antena. Pero la distribución de decodificadores se cortó y también hubo cambios en la concepción de la TDA y en los contenidos. Se estaba ofreciendo una televisión de calidad y ahora pareciera que se va degradando poco a poco.
¿Volvió a hablar con de Loredo después del traspaso?
No. Nosotros renunciamos el 9 de diciembre pero seguimos yendo hasta después del 20 porque las nuevas autoridades no se hacían presentes. Tuvimos un par de reuniones y les dejamos una cantidad enorme de información, con planes de negocios y de operaciones. Fueron charlas informales, no se revisaron los balances punto por punto. Le dejé a todo el equipo de gestión disponible pero terminó desvinculándolo antes de que pudieran contar lo que habían hecho y lo que tenían previsto. Echaron a entre 20 y 30 trabajadores, algunos eran gerentes y a otros los despidieron por una cuestión de persecución ideológica. Me parece que por respeto a la forma en que hicimos las cosas por lo menos podrían haber dejado que contaran lo que se hizo y defendieran su trabajo. Creo que tenían miedo de darse cuenta de que no tenían mucho para criticar.
¿Cómo se puede avanzar hacia una integración regional de la industria satelital? ¿Qué pudieron hacer ustedes?
Hay distintos niveles de desarrollo. Por ejemplo, Venezuela y Bolivia tienen satélites propios. Fueron fabricados en China, pero tienen una mirada comercial y de soberanía de las comunicaciones. Después están los aspectos tecnológicos, donde Brasil tiene avances en satélites de observación de la Tierra pero en telecomunicaciones está bastante atrasado con respecto a la Argentina. Los cambios de gobierno que se están dando en la región complicaron la mirada a largo plazo, pero nosotros habíamos planteado el desarrollo de una industria satelital latinoamericana. En diciembre de 2014 hicimos un seminario en Bariloche, en el que compartimos experiencias con referentes de la región y fue un puntapié inicial. El planteo era el de integrarnos según el estado de desarrollo de cada país y trabajar en construir una mirada comercial en común que nos permitiese pararnos ante los grandes operadores y distribuir contenidos comunes. Entonces, en vez de comprarle satélites a China, cada uno podría desarrollar una parte diferente. Era un planteo bastante abierto, de hacerlo en conjunto y no de decir “vengan y cómprenle a la Argentina”. Nosotros fuimos a Chile y les hicimos una oferta interesante para que participasen en el ARSAT-3. Ahora me enteré que intentaron volver a contactarse para continuar con la oferta, pero no sé qué pasará. También hicimos una reunión con los embajadores de países latinoamericanos y les ofrecimos invertir en la construcción de un satélite a cambio de llevarse una parte de la capacidad para gestionarla.
En una entrevista, Guillermo Rus, exvicepresidente de ARSAT, consideró que una empresa estatal que funcione bien resulta algo incómodo para el Gobierno. ¿Es posible la privatización de ARSAT?
No es que yo lo crea: tienden a eso. En ARSAT hicieron un contrato casi secreto con la consultora McKinsey. Le cedieron el data center al Ministerio de Modernización en un convenio que tampoco hicieron público, a pesar de que hablan tanto de transparencia. La política de cielos abiertos tampoco fue algo declarado, sino que fueron deslizando de a poco algunas cosas. Pareciera que tienden, por lo menos, a desmembrar a ARSAT. Si se corta el financiamiento, cuando el ARSAT-1 tenga que ser reemplazado porque termina su vida útil, dentro de 15 años, habrá que alquilar un satélite o regalarle la posición orbital a otro país. Da la sensación de que el Gobierno está matando a la industria satelital. Creo que hay una probabilidad de que al ARSAT-3 lo terminen haciendo, en parte para no tener problemas con los proveedores extranjeros que eran nuestros socios estratégicos en el desarrollo. Y festejaremos que eso continúe. El problema es que nuestro plan no era simplemente construir un satélite, sino construir ocho o más. Queríamos generar una eslabonamiento positivo en el resto de la industria y trabajar con la comunidad científica para optimizar la plataforma. También buscábamos conseguir nuevas posiciones orbitales. Entonces, celebraremos que se haga ARSAT-3, pero es importante seguir el plan estipulado por ley.
¿Cómo ve el futuro de ARSAT en los próximos años?
Creo que se están concentrando en el desarrollo del Plan Federal de Internet, aunque no sé cómo van a comercializarlo. Y no creo que pase mucho más porque no hay intención de desarrollar la industria satelital. Si hubiesen respetado nuestros tiempos, Macri iba a ir a la base de Kourou a lanzar el ARSAT-3, porque lo habíamos pautado para 2019. Ya perdió esa oportunidad y lo lanzará el próximo presidente. La posibilidad de privatización de la empresa está latente, hay que ver cómo evolucionan las cosas. Pero los límites también los va poniendo la reacción de la gente. Me da mucha pena que muchas cosas se pierdan porque estaba todo dado para poder continuarlas sin costos para el Estado.
Fuente: TSS
TSS y Bianchi!!! Qué dupla!!! Qué Bianchi explique porqué dejó en ARSAT más de 600 ñoquis mamando de la teta del Estado en una empresa que puede funcionar tranquilamente con 200 personas. Esos 400 punteros metidos a la fuerza nos cuestan a todos miles d e millones de Pesos que podrían haber sido usados para armar y lanzar el Arsat 3, y para poder hacer crecer la empresa. El clientelismo de este tipo fundió ARSAT y ahora lo tenemos que solucionar/pagar todos nosotros. País generoso.
ResponderEliminarEl filósofo Carlos Ruta (arturo bonin? XD)dueño de TSS parece Carusso Lombardi, VENDE-HUMO. ¿Esta gente opina sobre cosas que no sucedieron?, ¿podrían pasarme el número de la quiniela que sale mañana, por favor?
ResponderEliminarEs evidente que el ex-director Matías Bianchi sangra por la herida. Podría dar EXPLICACIONES por su negligente labor al frente de Arsat S.A. al dejar pasar AÑOS sin conseguir nuevos clientes que usen la capacidad semivacía del Arsat 2 ANTES de su lanzamiento ¿no?. Bianchi, te enseño algo papi, que tal vez no sepas, eso se hace ANTES, no es conveniente dejarlo para después.
Otra falacia del artículo de la agencia de "noticias" TSS, de la UNSaM, parte desde un paradigma irreal, y es el siguiente, esta gente cree o nos quiere hacer creer, que durante el kirchnerismo NO HABRÍA OPERADO NINGÚN SATÉLITE EXTRANJERO iluminando nuestro país, y eso es ¡FALSO! de falsedad absoluta. Tanto Hispasat como SES y Eutelsat ya venían operando en Argentina con sus anteriores satélites.
De hecho las señales del Grupo Clarín jamás usaron ARSAT (hasta el año pasado), enviaban sus señales a todo la Argentina a través de los satélites AMAZONAS 1, 2, 3, etc. perteneciente a la española Hispasat, que cuenta con sucursal sudamericana en Brasil.
Para opinar sobre satélites hay que SABER, y no hablar por boca de ganso.
La "ERA DE LA MENTIRA" que estamos viviendo coopta todas las mentes de sus acólitos amarillos y se les hace tan fácil y natural mentir, tregiversar, forzar interpretaciones que hasta pueden llegar a sonar bien para desprevenidos con masa encefálica reducida, como los mismos amarillos, y llevar a pensar que el nuevo presidente de ARSAT con el ilustre títulos de "Sobrino preferido del Ministro" no sabe muy bien de que se trata esto de los lavarropas en órbita (como su tío manejando un celular) mientras recibe una impecable Empresa Satelital que los "inútiles" creadores y administradores anteriores, dejaron en perfecto funcionamiento con 2 satélites brindando servicioy mucha proyeccion de futuro, planes y leyes.... que asusta a los nuevos primates que no entienden la joya que les cayó en las manos y balbucean excusas para disimular su propia ineptitud ..... Ojalá amanezca pronto !!!
ResponderEliminarLa compañía estatal ARSAT de telecomunicaciones adelantó que este año va a tener un “resultado neto” positivo de $ 22 millones, frente a $ 314 millones de pérdida que tuvo el año pasado.
ResponderEliminarEsa ganancia fue “sin recibir plata del Tesoro, mientras que la gestión anterior recibió $ 4.700 millones de ahí”, esos resultados se lograron “con la misma cantidad de empleados que había antes, 543 personas”, a través de la generación de nuevos ingresos operativos, por la venta de servicios del satélite Arsat 2 y de la red federal de fibra óptica, entre otros. La empresa estimó en su Balance un cierre de año con ventas por $ 1.004 millones, frente a los $ 697 del año pasado. A la vez, se aplicó una reducción de costos, con nuevas licitaciones, en los que hubo “un promedio de baja nominal del 20 %, sin contar el impacto inflacionario. Antes no había compulsas transparentes”; como ejemplo, la empresa de limpieza y mantenimiento del edificio de Arsat, donde se licitó el servicio y ganó la misma empresa, “pero ahora cobra un 20% menos en términos nominales, sin contar la inflación”.
De todos modos, la inversión de la compañía bajó de $2.910 millones el año pasado, a $ 1.303 millones este año. Si bien Arsat no tuvo este año aportes del Tesoro, contó con partidas provenientes del Servicio Universal, que entregó $ 1.300 millones para el Plan Federal de Fibra Optica y $110 millones para la conexión a Internet de 2.000 escuelas rurales.
El dinero del Servicio Universal fue aportado por los prestadores de telecomunicaciones, que destinan el 1% de sus ingresos para este fondo, cuyo objetivo es llegar a zonas de difícil acceso o a poblaciones que no puedan pagar los servicios. “No es plata que pongan los argentinos con sus impuestos, pero la gestión anterior casi no usaba esos recursos”, afirmó De Loredo. Y añadió que, en los últimos seis meses, se pasó de tener 6.500 kilómetros de fibra operativa a 17.500 kilómetros. Además se conectaron 150 ciudades y pueblos a esa red de fibra óptica, con un plan de conectar más de 300 por semestre, hasta llegar a 1.300 a mediados del año 2018.
Excelentes noticias de ARSAT S.A..
EliminarSería bueno que Bianchi aprenda y tome lecciones de De Loredo sobre como administrar exitosamente una empresa de servicios satelitales y comunicaciones como ARSAT S.A.
ResponderEliminarEs evidente que hay opinadores cipayos adoctrinados para defenestrar la grandiosa herencia tan poco apreciada por éstos!!!!!
ResponderEliminarSi Bianchi lee este blog me gustaría decirle que estos "aparatos de opinadores cipayos" son sólo unos pocos y SOMOS muchos los Argentinos que admiramos su gestión al frente de Arsat y ojalá alguna vez vuelva a estar al frente de la misma!
Los "muchos" perdieron las elecciones mi estimado, que paradoja ¿no? XD. Parece que ud. prefiere los estados contables en rojo y en deficit, y no le gustan los SUPERAVITS.
EliminarA contrapartida de la calificación de opinadores "cipayos"; podría calificar a los opinadores que defienden el "modelo" de Corruptos; y muy orgullosos de serlo.
ResponderEliminarEl problema es que no aportan evidencia objetiva con números reales que avalen su "Fanática" defensa el "modelo de corrupción diversificada y enriquecimiento ilícito" desde la función publica que espero que Nunca Mas vuelva a ocupar. Somos muchos los que repudiamos la corrupción y ejercicio tiránico del gobierno y las instituciones como ARSAT que han tenido en 12 años. Y votamos y votaremos en consecuencia para evitar toda posibilidad de retorno a esa patria destrozada.
Hola Norberto. Ayer estuve escuchando por radio a Jose Pepe Nun explicando a traves de una analogia religiosa el fanatismo de algunas personas. El contaba que existen muchas sectas religiosas bajo la denominacion comun de "milenaristas", que son aquellas que "profetizan" con fecha y todo el fin del mundo. Ahora bien, cuando esa fecha llega y el fin del mundo NO SUCEDE lo logico es que esas sectas pierdan a sus adherentes, pero asombrosamente varias sobreviven por que encuentran la manera de prorrogar el fin del mundo a traves de las mas increibles, imaginativas y retorcidas EXCUSAS y que solo pueden ser creidas por aquellos fieles fanaticos, que no se rinden ante las evidencias mas certeras y concluyentes. De ahi existe la diferencia entre aquellas personas que "ven para poder creer" y aquellas otras que "creen para poder ver".
EliminarCon el "nucleo duro" del kirchnerato pasa exactamente lo mismo, son un puñado de enceguecidos fanaticos integristas y fundamentalistas, obnubilados por el resentimiento, con el cerebro en rojo caliente, a los que ninguna evidencia harto concluyente les sacara de ese "paraiso" que su imaginacion invento llamado "dekada ganada".
Es responsabilidad nuestra, de los argentinos racionales y PENSANTES propagar la educacion, la sensatez, la madurez y la racionalidad a la mayor cantidad posible de compatriotas.
Saludos; es todo amigos.
Lamentablemente Jem M; esos fanáticos que hay en todo el mundo, y en Nuestra Patria también; han tenido el gran logro aquí de: Destrozar la reputación de los DDHH; Destrozar la reputación de los políticos (si es que alguna vez la tuvieron); Destrozar la reputación de la Justicia; Destruir la reputación de muchos Artistas; Destruir la reputación de la militancia política, Destruir la reputación de muchos científicos, Destruir la reputación del periodismo; y como último ejemplo; Destruir la reputación de este Blog; donde un solo personaje "chili-algo" tiene derecho a difamar a Todos y Todas sin censura. Ese fanatismo en este Blog hace que mucha de la información científica que hay sea "Opinable", justamente por la falta de objetividad política; y que influye terriblemente en la objetividad científica. Un prócer de las ciencias espaciales, como Von Braun; jamas pudo y podrá sacarse el estigma del nazismo para muchas personas, mas allá de sus logros y el motivo de haber pertenecido al partido nazi; un claro ejemplo de como las opiniones y actitudes políticas fanáticas impactan en la objetividad y prestigio en ciencias espaciales (hablamos de haber pertenecido al partido nazi; no a un partido común como republicano, demócrata o social-demócrata por ejemplo)
EliminarExacto mi estimado Norberto, como ud. dice, y al chili se le sumo otro personaje llamado space architect, que discute con asombrosa parsimonia datos de la realidad historica, incluso hechos que facilmente historicos que pueden ser corroborados recurriendo a la documentacion pertinente. Este señor llego a decir que Houssay y Leloir estudiaron en las "universidades peronistas" (dixit), mirando las fechas de nacimiento y de graduacion de ellos facilmente se deja en ridiculo a tan chantas personajes.
EliminarSaludos amigo.
Es parte de la campaña kirchnerista para desprestigiar otra actividad, en este caso la Espacial. Dejaron tierra arrasada y todavía hablan. Hay dos alternativas para este Fanatismo: 1) $$$$$$ 2) Demencia senil.
EliminarPor suerte esta actividad es una de las que domino y ejerzo, no es la única, ya que en Argentina no alcanza con un solo trabajo, pero por eso no me pueden meter el perro como a la mayoría de los corderitos de Dios como diría Borenztein. No me banco los errores que publica Clarín y otros medios en actividades que domíno, por las pavadas o conclusiones erroneas que muchas veces publican por desconocimiento, parase que mandan al de espectáculos a opinar de ciencia; pero lo que leo en este Blog es rayano a experiencias Europeas de 1933 al 1945 como propaganda Ex-Oficialista ahora. Saludos.
Comparto plenamente. Además en Clarín hay un tal miguel brailovsky que es la versión clarinesca de chilibroste (de la vereda de enfrente). Ese tipo suele escribir columnas sobre el Tronador pero es un ignorante y un malintencionado, contrario sensu en La Nación Nora Bar es una de las mejores divulgadoras. Saludos.
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