Por Marcos Actis, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata.
La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) viene participando de los desarrollos de la CONAE desde los inicios de la misma, hace más de 20 años. Ha colaborado en la gran mayoría de los satélites desarrollados por dicho organismo nacional. Y desde 2008 trabaja formalmente en el proyecto Tronador II, un lanzador que permitirá la colocación de satélites en el espacio.
El VEx-1A comenzó a desarrollarse en 2009 en distintos centros de investigación de la CONAE. En el caso de la Facultad de Ingeniería participan los Departamentos de Aeronáutica (grupos GEMA y GFS), Mecánica (laboratorio LIMF) y Electrotecnia (laboratorio LEICI). Y además otras instituciones como el Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp) y el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR).
La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) viene participando de los desarrollos de la CONAE desde los inicios de la misma, hace más de 20 años. Ha colaborado en la gran mayoría de los satélites desarrollados por dicho organismo nacional. Y desde 2008 trabaja formalmente en el proyecto Tronador II, un lanzador que permitirá la colocación de satélites en el espacio.
El VEx-1A comenzó a desarrollarse en 2009 en distintos centros de investigación de la CONAE. En el caso de la Facultad de Ingeniería participan los Departamentos de Aeronáutica (grupos GEMA y GFS), Mecánica (laboratorio LIMF) y Electrotecnia (laboratorio LEICI). Y además otras instituciones como el Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp) y el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR).
En nuestra casa de estudios participan del proyecto alrededor de 150 integrantes, entre investigadores, docentes, becarios, profesionales y técnicos, los cuales llevan a cabo trabajos en distintas áreas como estructura, mecánica, materiales, aerodinámica, térmica, baterías y electrónica de algunos sistemas.
Además, se realizaron las tareas de integración de las diferentes partes del VEx-1A hasta su traslado a la base de Punta Indio. A diferencia del Tronador II, el cual medirá casi 40 metros de altura y pesará alrededor de 60 toneladas, el VEx-1A, ensayado en la localidad de Punta Indio el 26 de febrero último, no fue creado para llegar al espacio. Se le colocó poco combustible para realizar la prueba y validar los sistemas desarrollados. Es la primera vez que en Argentina se construye un vehículo con control de vuelo autónomo, lo cual permite programar la trayectoria del cohete y seguir su recorrido en forma independiente.
En los últimos meses, los investigadores, alumnos y becarios que participaron del desarrollo del VEx1A dedicaron mucho esfuerzo para cumplir con los plazos previstos. Para muchos de ellos, al igual que el que suscribe, trabajar en el plan espacial argentino es un sueño hecho realidad. Este proyecto ha permitido la participación de los alumnos de Ingeniería aplicando los conocimientos teóricos adquiridos a lo largo de sus carreras en desarrollos concretos mediante cálculos, diseño, construcción y ensayos.
Prácticamente, todos los componentes utilizados en la construcción del vehículo son de desarrollo nacional, como el motor, la estructura, tanques, conductos, válvulas, sistemas y cajas de electrónica. Del proyecto también participaron empresas a las que se les encargó proveer diferentes sistemas para el vehículo, las cuales tuvieron que adecuarse tecnológicamente a las exigencias de este desarrollo.
Los vehículos experimentales del proyecto Tronador II presentan variantes en su construcción, ya que el objetivo es realizar diversas pruebas. Se aprende más de las fallas que de los éxitos, porque puede pasar que en una primera instancia todo funcione bien y, en una etapa posterior se detecte un desperfecto. Como decía Wernher von Braun, "los resultados de una prueba valen por mil opiniones expertas".
No cabe duda de que en la Argentina el Estado es el que más invierte en ciencia y tecnología. Por ejemplo, la CONAE, a través de su plan espacial, desarrolló satélites científicos con la participación de INVAP, la cual adquirió la capacidad para llevar adelante la construcción de satélites de comunicaciones y radares, posicionándola a nivel mundial.
En este sentido, el proyecto Tronador II permitirá que otras empresas adquieran también capacidades tecnológicas para el desarrollo de nuevos productos que en la actualidad no se fabrican en el país. Está demostrado que la industria aeroespacial es iniciadora de otras industrias. En la década del ‘50, nuestro país se ubicó entre los pocos países del mundo en manejar tecnología de punta en el campo aeronáutico, lugar ocupado actualmente por Brasil.
Hoy en el área espacial nos encontramos en una situación similar. Si no cometemos los errores del pasado podemos consolidar el liderazgo de la Argentina en materia espacial en la región. Por todo esto, la participación de nuestra Facultad en este proyecto es un orgullo y una responsabilidad muy grande.
Fuente: Tiempo Argentino
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