Los comienzos

AM-1
Constructor: Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas.
Propelente: Líquido (anilina + ácido nítrico)
Función: Motor del aeromóvil Tábano
Desarrollo: 1947, primer vuelo: marzo de 1950.


Fue el primer motor cohete de combustible líquido desarrollado en Sudamérica. El AM-1 se desarrolló para propulsar el aeromóvil teledirigido (misil) Tábano, un ingenio con cabeza de guerra de 32 kg que se disparaba desde un avión a 5000 metros de altitud con la finalidad de alcanzar un avión enemigo y ser detonado para derribarlo. Debido a su naturaleza bélica el Tábano fue desarrollado bajo secreto. El AM-1 era un motor presurizado que utilizaba anilina como combustible y ácido nítrico como oxidante, logrando impulsar al Tábano a 900 km/h durante 45 segundos. Su desarrollo permitió realizar en el país los primeros estudios de vuelo aerodinámico a altas velocidades. Otro objetivo que perseguía el programa era la utilización del motor AM-1 para el impulso de cohetes, algo que desgraciadamente no llegó a concretarse.
                                                                                           

Martín Fierro
Constructor: Instituto de Experimentaciones Astronáuticas (IDEA). 
Etapas: 2
Propelente: Sólido (pólvora)
Peso: ? kg
Longitud: 85 cm (aprox).
Diámetro: (1ra etapa: 2,5 cm, 2da: ? cm)
Función: Demostrador tecnológico
Apogeo: 1700 mts
1er lanzamiento: 13-diciembre-1956



El Martín Fierro fue el primer cohete desarrollado en Argentina con fines puramente científicos. Se trataba de un cohete rudimentario que constaba de dos etapas; la primera estaba conformada por un racimo de impulsores de pólvora (la misma que se utilizaba en los cohetes antigranizo), mientras que la segunda, de solo 20 cm de longitud, constaba de solo uno. Como novedad, la pequeña plataforma de lanzamiento poseía un motor eléctrico que hacía girar el cohete (el cual carecía de aletas) a 4.200 rpm al momento del lanzamiento, un mecanismo que pretendía tornarlo estable durante el vuelo. Lamentablemente una fuga lateral de gases en la primera etapa provocó que se elevara verticalmente apenas unos 400 metros antes de desviarse en un vuelo errático en el que se estima alcanzó una altura aproximada de 1700 metros, cayendo luego a tierra antes de lo previsto. Incluida un paracaídas que permitió la recuperación del cohete tras su lanzamiento.
                                                                                           

Crédito imágenes:

AM-1: Instituto Newberiano.
Martín Fierro : Revista Vea y Lea.

No hay comentarios :

Publicar un comentario